Al fallecimiento de una persona en España le sigue el procedimiento legal de repartición de la herencia, entre los herederos que corresponda. Este proceso será diferente en función de si la persona fallecida ha dejado testamento o no. En cualquier caso, se trata de un trámite oficial que se debe pasar haciendo frente a la tristeza de haber perdido recientemente a un ser querido.
El testamento permite a cualquier ciudadano dejar por escrito el fin de sus bienes y patrimonio. Es decir, a manos de que personas pasarán tras su fallecimiento. Eso sí, el testamento siempre se debe realizar dentro de un marco legislativo, por lo que el testador no cuenta con total libertad para disponer de sus bienes.
Otro aspecto clave a tener en cuenta, es que las deudas de la persona fallecida también forman parte de la herencia. Igualmente, para disfrutar de la parte de la herencia que le corresponda, los herederos deben pagar una serie de impuestos asociados, que varían en función del total de la herencia y de la Comunidad Autónoma. Con todo ello, los herederos tienen derecho a rechazar o aceptar la herencia.
Pasos de repartición de una herencia
Las personas que ostenten la condición de herederos pueden solicitar la división de la herencia. Para ello, se deben cumplir ciertos requisitos, como la mayoría de edad y tener la libre administración y disposición de bienes. Las personas menores de edad deben ser representadas por otras personas adultas durante el proceso de partición.
Para proceder a la partición de herencia ante notario, es preciso seguir una serie de pasos y tener en cuenta varios elementos claves en el procedimiento:
- Identificar adecuadamente a las personas que comparecen en la firma de aceptación y partición de la herencia.
- Se deben fijar las causas del fallecimiento. Además, también es preciso poner en contexto otros datos, como situación familiar, declaración de herederos o identificación de personas que se encuentran en el testamento, siempre que la persona fallecida haya testado durante su vida.
- Establecer el caudal hereditario. De esta forma, implica un inventario de los bienes de la herencia y la tasación de todos ellos.
- Liquidación de la masa hereditaria y colación, si existen cargas que graven los bienes de la herencia.
- Dividir el neto resultante y repartir la herencia a cada uno de los herederos que les corresponda.
En este sentido, es necesario aclarar que no existe un tiempo límite para aceptar o rechazar una herencia. No obstante, la indecisión de uno de los herederos puede provocar un bloqueo en el correspondiente reparto para el resto de herederos.
Así, el resto de herederos puede solicitar al notario el desbloqueo de esta situación. Posteriormente, el notario informará al heredero indeciso que dispone de un plazo de 30 días naturales para aceptar o rechazar la herencia. Si superado dicho plazo no comunica su decisión, la herencia quedará aceptada de forma simple y pura, con las consecuencias que ello conlleva; especialmente en el caso de que implique la percepción de deudas.