El verano puede ser una estación desafiante tanto para las personas con Alzheimer como para sus cuidadores debido al calor extremo, cambios en la rutina y actividades al aire libre. En España el Alzheimer supone una de las dolencias que mayor discapacidad genera en personas mayores. Según datos de 2021 de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la sufre entre un 3% y un 4% de la población de entre 75 y 79 años. Estas cifras aumentan hasta el 34% en mayores de 85 años.
Conforme ha ido aumentando la esperanza de vida en todo el mundo, también lo ha ido haciendo el número de personas con Alzheimer. Y es que envejecer es la principal causa para desarrollar la enfermedad.
Síntomas del Alzheimer
Va a ser muy importante a la hora de controlar la enfermedad el tener en cuenta cuales son sus principales síntomas, entre los que encontramos:
- Pérdida de memoria a corto plazo: incapacidad para retener nueva información.
- Pérdida de memoria a largo plazo: incapacidad para recordar información personal como el cumpleaños o la profesión.
- Alteración en la capacidad de razonamiento.
- Afasia: pérdida de vocabulario o incomprensión ante palabras comunes.
- Apraxia: descontrol sobre los propios músculos, por ejemplo, incapacidad para abotonarse una camisa.
- Pérdida de capacidad espacial: desorientación, incluso en lugares conocidos.
- Cambios de carácter: irritabilidad, confusión, apatía, decaimiento, falta de iniciativa y espontaneidad.
Si notas algunos de estos síntomas, no dudes en acudir a tu médico de cabecera
5 consejos para garantizar el bienestar de las personas con Alzheimer
De cara al verano, la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA) ofrece cinco consejos para garantizar el bienestar, tanto de las personas con Alzheimer, como de las personas cuidadoras y familiares que conviven con ellos durante esta época.
- Planificación. Cuidar de una persona con Alzheimer durante el verano requiere atención especial a ciertos detalles para garantizar su bienestar y seguridad. Por ello, todo aquello que se pueda planificar y preparar de antemano será una gran ventaja. Desde CEAFA recuerdan que, en los casos avanzados, “es aconsejable anticiparse a las situaciones y, por ejemplo, ir hablando desde primera hora de la mañana de los acontecimientos de la jornada o hacerles partícipes de actividades sencillas y situaciones sociales”.
- Establece una rutina. Aunque en verano se suele romper la rutina de todo el año, estas ayudan a reducir la confusión y el estrés en personas con Alzheimer. En este punto, es importante hacer que la vida de la persona con Alzheimer sea lo más previsible posible, también en vacaciones. De este modo, se refuerza la seguridad y comodidad para la persona y su entorno, ya que los cambios suponen un gran esfuerzo mental que en muchas ocasiones no es aconsejable.
- Protegerse del calor. Las olas de calor son cada vez más frecuentes y duraderas, afectando de manera notable al bienestar de todos, pero especialmente de las personas con Alzhiemer. La Confederación explica que “es esencial mantenerse siempre en lugares frescos, especialmente durante las horas del día con mayor calor, así como permanecer correctamente hidratados durante toda la jornada y vestir ropa ligera”.
- Entorno Seguro. Las altas temperaturas del verano también pueden causar estrés y desorientación en las personas con Alzheimer. Para evitar estas situaciones conviene asegurarse de que el hogar esté bien ventilado y utilizar ventiladores o aire acondicionado para mantener una temperatura agradable.
- Respiro del cuidador. El bienestar del cuidador es crucial para proporcionar una atención de calidad por lo que los cuidadores también deben cuidarse, asegurándose de tomar descansos. Desde CEAFA recuerdan que, en caso de no contar con más apoyo familiar, cada vez hay más centros que ofrecen servicios de estancia temporal o respiro familiar, donde una persona puede ingresar por un periodo de tiempo limitado y ser partícipe de las actividades habituales del centro, que trabajarán y reforzarán la asistencia y cuidado del paciente siempre adecuándose a su estado físico, cognitivo y funcional.
Por último, desde la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias subrayan que existen diferentes fases dentro de un proceso de demencia. En ese sentido, es fundamental conocer la situación individual y concreta de cada persona y consultar con el médico especialista o profesionales asistenciales para valorar si es conveniente la realización de viajes o hacer cambios significativos en la rutina.