4 razones para perder la incapacidad permanente que debes conocer urgentemente

El reconocimiento de una Incapacidad Permanente está sujeto al cumplimiento de unos requisitos establecidos por la Seguridad Social y al dictamen del Tribunal Médico del INSS

Revisión de incapacidad permanente

Revisión de incapacidad permanente./ Licencia Adobe Stock

La Incapacidad Permanente (IP) es una afectación que altera el ritmo de vida personal y profesional de la persona que la padece, llegando, en algunos casos y en función del grado de Incapacidad, a obligar al trabajador a cesar su actividad laboral. No obstante, para el reconocimiento de este anomalía, se deben cumplir una serie de condiciones pautadas por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) para evidenciar, así mismo, que la persona que solicita la incapacidad no puede desarrollar las tareas a las que se le insta.

De este modo, la Incapacidad Permanente puede agruparse en cuatro grados: parcial, total, absoluta y de Gran Invalidez. Cada una de ellas produce una afectación más o menos severa en el trabajador y, por tanto, cobrará una prestación en función de sus posibilidades. Igualmente, la Gran Invalidez es el tipo de Incapacidad más severo, en el que la persona que la padece necesita de la asistencia de otra para desarrollar las tareas más esenciales de la vida.

El reconocimiento de una Incapacidad Permanente está sujeto al cumplimiento de unos requisitos establecidos por la Seguridad Social y al dictamen del Tribunal Médico del INSS, pero también se puede suprimir una prestación por Incapacidad a una persona una vez se le haya reconocido. Por tanto, estas ayudas pueden ser retiradas bajo ciertas condiciones, marcadas por la Administración.

Condiciones para la Incapacidad Permanente

Para acceder a esta prestación contributiva por Incapacidad Permanente, las personas que así lo estimen deberán cumplir con una serie de condiciones y requisitos que, efectivamente, manifiesten que padecen una incapacidad que les impide desarrollar su actividad laboral con normalidad y requieren la ayuda del Estado para paliar su economía.

De esta manera, una vez que el sujeto decide solicitar la pensión por Incapacidad Permanente debe acudir a las oficinas del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) o del Instituto Social de la Marina (ISM). Los documentos necesarios incluyen para este aceptar este proceso a trámite son:

Pérdida de la Incapacidad Permanente

De esta manera, cuando una persona se halla cobrando una pensión por Incapacidad Permanente, también deberá seguir cumpliendo las condiciones que establece la Administración, que se componen de revisiones periódicas para valorar el grado de Incapacidad y el estado del paciente, así como comunicar las novedades médicas que puedan concurrir.

Por ello, existen diversos motivos por los que una persona puede sufrir la anulación o supresión de la Incapacidad Permanente y, en ese caso, dejar de cobrar esta prestación contributiva que otorga el Estado para este colectivo, con el objetivo de evitar la situación de vulnerabilidad.

  1. Revisiones médicas periódicas: si se detecta una mejoría en la salud del beneficiario que permita reincorporarse al mercado laboral.
  2. Incompatibilidad laboral: realizar actividades laborales que excedan las limitaciones del grado de incapacidad reconocido.
  3. Falsedad o inconsistencias: intentar defraudar al sistema mediante información falsa o comportamientos que no coincidan con la afección médica declarada.
  4. Incumplimiento de tratamientos: abandonar o rechazar las terapias indicadas para la mejora del estado de salud.
  5. Transformación en pensión de jubilación: al llegar a la edad de retiro, la Incapacidad Permanente se convierte en una pensión de jubilación, ajustándose a las condiciones

 

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