Monedas y billetes son un bien preciado del que pocas veces nos gusta deshacernos. Puede parecer una contradicción, pues, ¿Para qué sirve el dinero si no es para gastarlo? Sin duda, se trata del método de pago más arraigado en nuestra sociedad y por tanto, objeto de ser intercambiado por productos y servicios. Sin embargo, a pesar de ser un bien tan preciado, en ocasiones se ‘mal gasta’ con el fin de seguir algún ritual o tradición que nos lleve a confiar en la consecución de algo que no es tan tangible, como un simple pago.
Pero, ¿En qué ocasiones sucede este hecho? Puede que hasta aquí, no entiendas cuáles son esas situaciones en las que es posible regalar monedas sin nada a cambio. Sin embargo, ¿Quién no ha pedido un deseo tirando una moneda a una fuente, pozo o lugar ‘sagrado’? Y es que si hay algo más fuerte que el hecho de gastar el dinero a cambio de un capricho o necesidad, es el ‘donarlo’ bajo la premisa de conseguir un deseo que son duda, ese dinero no podría comprar de otra forma.
La Fontana di Trevi: La fuente de los deseos de Roma
Si hay una fuente en la que tradicionalmente se lanzan monedas para pedir un deseo, esa es la Fontana di Trevi. Se trata de uno de los monumentos más conocidos de Roma que gracias a su belleza y su fama, es de las más concurridas por los turistas. De hecho, es casi imposible visitar este atractivo romano sin compartir la experiencia con otros tantos viajeros. Pero, ¿Qué atrae a tanta gente hacia esta fuente de la capital italiana?
La Fontana di Trevi es un monumento barroco situado en los laterales del Palazzo Poli, que fue construido en 1762. Una magnífica construcción que sin embargo, atrae a numerosos turistas bajo la promesa no solo de disfrutar de una auténtica joya, sino con el deseo de tirar una moneda en su agua. Y es que la tradición cuenta que si lanzas una moneda de espaldas, a buen seguro volverás algún día a Roma. Sin embargo, esta leyenda ha ido creciendo de tal modo, que es ya casi una fuente de los deseos a la que todos acuden a intentar conseguir el suyo.
La consecuencia de esta moda tan extendida, es que cada día, los fondos de la Fontana di Trevi reciben miles de monedas. Y es que si atendemos a los datos, Roma recibe 21 millones de turistas al año, lo que significa que mucha gente pasa por este lugar y la mayor parte de ellos, tiran una moneda al agua, lo que se traduce en un gran número de monedas al año. Concretamente, el ayuntamiento de Roma estima que se recogen más de un millón de euros al año, lo que significa entre 3.000 y 4.000 euros al día.
¿Dónde van estas monedas?
No sabemos si esas monedas serán las causantes de que muchos de los visitantes vuelvan a Roma, o si serán las artífices de cumplir los muchos deseos que allí se piensan, lo que sí está claro, es que al menos con ellas se lleva a cabo una buena labor. Y es que según establecen los carteles allí situados, todas estas monedas van a parar a organizaciones benéficas. De hecho, es Cáritas quien se encarga de recoger y gestionar estas ganancias.
Por tanto, es importante que sepamos que estas monedas que se lanzan a la fuente, irán a parar a bancos de alimentos, comedores sociales y otros proyectos para familias en riesgo de exclusión. Una gran misión que gracias a la superstición, sirve de gran ayuda. Una ayuda que de otra forma, no sabemos si sería tan cuantiosa. En cualquier caso, es una gran labor la que se hace con estas monedas fruto de los deseos allí imaginados.
Sin embargo, existe todo un trabajo hasta que estas monedas llegan a su destino. Y es que cada día, un gran número de personas se encargan de recolectar estas monedas, secarlas, limpiarlas y clasificarlas. Pues dentro de todo el ritual, también hay quien tira otros elementos que no sirven como forma de pago. Por tanto, es fundamental que este trabajo se lleve a cabo además, de forma periódica. Pues de otro modo, la fuente correría el riesgo de saturarse o de ser víctima de la visita de otras personas que se apropiaran de este pequeño tesoro.