El perfeccionismo es un rasgo de personalidad que se relaciona con la excelencia. Las personas que son muy perfeccionistas tienen la creencia de que es obligatorio realizar todas las acciones de forma extraordinaria, sin cometer ni un solo error. En muchas ocasiones, estos objetivos de las personas perfeccionistas son inalcanzables, por lo que la obsesión por el perfeccionismo puede acarrear algún que otro problema.
A pesar de que ser perfeccionista parezca una buena cualidad, lo cierto es que el perfeccionismo en exceso hace que muchas personas se sientan preocupadas e inseguras. Muchas de esas personas incluso experimentan niveles altos de ansiedad cuando no tienen garantías de que todo vaya a ser perfecto. Asimismo, muestran una tolerancia muy baja a la frustración cuando finalmente comprueban que sus expectativas no son realistas.
La persona que tiende al perfeccionismo suele mostrar otros rasgos de personalidad como, por ejemplo, la rigidez o falta de flexibilidad, o una responsabilidad excesiva que le lleve a tener un continuo malestar. También es importante destacar que las personas perfeccionistas suelen ser mucho más exigentes con los demás de lo habitual, tanto en el plano laboral como familiar o de pareja.
Pero, ¿Cuáles son las claves que determinan si una persona es perfeccionista? En Tododisca te contamos cuáles son algunos de los rasgos determinantes de este perfil de personas.
3 hábitos que anuncian un perfeccionismo patológico
Aunque no todos los signos pueden mostrarse a la vez, es cierto que las personas perfeccionistas suelen tener al menos dos de estos hábitos. En caso de tener estas 3 conductas en el día a día, podrá influir gravemente en las relaciones, tanto en las personales como en las laborales.
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Según el medio ‘Psychology Today’, estas son algunos de los hábitos que las personas perfeccionistas suelen tener.
Rutinas muy marcadas
Tener una rutina puede resultar beneficioso, especialmente en el caso de los niños. Pero el hecho de tener una rutina establecida no debería impedir organizar planes improvisados. Esto no ocurre con las personas perfeccionistas ya que tienen su agenda muy marcada para todo el día. Realizar algún plan alternativo, como salir media hora más tarde del trabajo o que los niños tarde más en ir a dormir, puede afectarle a nivel mental.
El desorden, la impuntualidad o no tener todo organizado es algo que este tipo de personas no contemplan y, en caso de que ocurra, podrían desestabilizarse emocionalmente.
Atención excesiva a los detalles
Ser perfeccionista conlleva una atención excesiva a los detalles. Esto quiere decir que si deben entregar un trabajo de 500 palabras, por ejemplo, harán todo lo posible porque las 500 palabras sean exactas, ni más ni menos.
‘¿Por qué conformarnos con algo que está bien cuando podría ser perfecto?’, es el lema de las personas que tienen una personalidad ligada al perfeccionismo.
No se saltan las reglas
Las reglas están para cumplirlas y eso es precisamente lo piensan las personas perfeccionistas. El perfeccionismo les lleva a un estricto cumplimiento de las normas, la moral y la ley, por lo que rara vez encontrarás a una persona con esta personalidad que decida saltarse las reglas.
El hecho de pensar en hacer algo ‘que no está bien’ puede causarles una gran angustia e incluso llegar a la parálisis. Es por eso por lo que siempre van a preferir seguir estrictamente las normas antes que incumplirlas.
Estos son algunos de los hábitos habituales de las personas con perfeccionismo extremo, aunque pueden mostrar otro tipo de signos importantes como querer llevar siempre la razón.