El bienestar de las personas mayores es muy importante en nuestra sociedad. Por ello, los expertos han puesto de manifiesto 3 claves durante el ‘I Foro de Envejecimiento’, de la Fundación Edad&Vida. Estas son el envejecimiento saludable, el autocuidado y la atención domiciliaria y ambulatoria.
Por su parte, la experta en geriatría y gerontología María Victoria Zunzunegui ha explicado que «el buen envejecimiento» depende de dos aspectos. El primero está vinculado a la salud y el funcionamiento. Por ejemplo, ser capaces de realizar actividades básicas, desplazarse sin ayuda, no sentir dolor, tener una buena función cognitiva y sentirse con buena salud. «El segundo está relacionado con aspectos psicológicos y sociales. Por ejemplo, como sentir que controlamos nuestra propia vida, tener relaciones sociales satisfactorias, no estar deprimidos, realizar actividades productivas… En definitiva, sentirnos satisfechos con nuestra vida», declara la experta.
Según Zunzunegui, para favorecer este buen envejecimiento deberían desarrollarse una serie de políticas. Una de ellas es «aumentar el gasto público en salud». Con ello se busca «asegurar una orientación preventiva del sistema sanitario para evitar o retrasar el deterioro físico y cognitivo, así como la discapacidad». De hecho, añade, «la pobreza es un motor de la discapacidad». Por ello reclamaba que «sería básico asegurar que la pensión mínima que reciben las personas mayores sea suficiente para envejecer de forma saludable, en todos los aspectos».
La colaboración público-privada permitirá ser más eficientes
Por otro lado, según la directora del Área Asistencial de SegurCaixa Adeslas, Alicia Sánchez, «la longevidad es un reto para las aseguradoras de salud». Y es que estas «deben repensar sus servicios para lograr una oferta adecuada a las necesidades de las personas mayores». A su juicio, «es fundamental que exista una óptima colaboración entre el sistema público y privado para dar respuesta a todas estas necesidades».
En este sentido, la médica general de QuirónSalud, Ana Lozano, ha hablado sobre el concepto de fragilidad asociado al ingreso hospitalario. «Debemos tener una visión holística y multidisciplinar del paciente mayor». Es decir, «implicándole en sus cuidados, para que el ingreso hospitalario no sea hostil».
En este sentido, «la fragilidad es un estado asociado al envejecimiento». Por ello, «los hospitales deben coordinarse con otros niveles asistenciales para hacer un seguimiento del paciente, así como a la hora de darle el alta, para que se sienta seguro».
«Actualmente, hay 2,5 millones de personas en España que se sienten solas. Debemos prestar atención a sus necesidades para combatir el aislamiento, la tristeza, el miedo o la gestión del duelo. La salud emocional es un pilar básico para su bienestar», ha afirmado.
Por otro lado, el Health & Education Innovation Manager de Vodafone Business, Ignacio Dávila, ha puesto de relieve el papel de la tecnología para acercar los servicios sociosanitarios a las personas mayores. Con todo, ha advertido de que la teleasistencia, la telemedicina o la medicina predictiva son realidades «imposibles» sin tecnologías como el 5G, el Internet de las Cosas, la nube, o la realidad virtual y aumentada. «La tecnología contribuye al envejecimiento saludable y activo y otorga una mayor autonomía cuando la movilidad está limitada», asegura.
Autocuidado, atención domiciliaria y ambulatoria
Por su parte, la directora de proyectos de Atención Primaria de la Dirección General de Cuidados de Andalucía, Susana Rodríguez Gómez, ha explicado que la crisis del coronavirus ha denotado «aún más» la situación de vulnerabilidad de muchas personas mayores a medida que avanzan en edad, enfermedades y mayor dependencia. «Desde los servicios sanitarios debemos focalizarnos en la atención domiciliaria y en un enfoque asistencial que sea más proactivo para adelantarnos a situaciones de riesgos o de mayor deterioro prematura. El desarrollo de las TIC y una mejor coordinación social y sanitaria van a jugar un papel altamente relevante para la atención de estas personas», ha comentado.
Por último, la vicepresidenta de la Asociación Andaluza de Enfermería Comunitaria, María José Molina Gil, ha afirmado que «la atención domiciliaria es la cercanía, el agradecimiento y la afectividad del paciente, sus familiares, y sus cuidadores». Por ello, ha defendido que deben impulsarse planes de acción personalizados. «El nivel de conocimiento del paciente es clave para ofrecer unos cuidados óptimos dentro del domicilio».